lunes, 5 de noviembre de 2012

Rainbow birthday cake

A menudo, cuando investigo por internet, encuentro recetas maravillosas, con pinta espectacular, que me hacen preguntarme si yo sería capaz de hacer algo tan bonito...Parece que sí que puedo...parece que todos podemos... Sólo hace falta un poco de convicción, de energía y de imaginación. Por supuesto, un poco de conocimiento básico en este mundo es genial para poder poner todo el orden y afrontar los imprevistos que puedan surgir pero, sobre todo, debemos tener ganas de probarnos a nosotros mismos. 

Cuando alguien me pregunta -¿Y qué tartas haces, cuál es tu catálogo?- Siempre respondo que mi catálogo es la imaginación e internet, porque es de ahí de donde surge la inspiración. Buscas una receta, miras un modelo y otro y otro más para descubrir qué te gusta y qué no de cada uno y cómo puedes darle tu toque personal.


Nadie aprende sabiendo y lo maravilloso de los blogs es que las personas que los escriben no ponen en él sólo recetas, sino que también ponen un poquito de sí mismas en cada una de ellas. 

Esta receta lleva trabajo, sobre todo si no tenéis varios moldes y tenéis que ir horneando una por una cada una de las capas (ese fue mi caso). No me enrollo más...os pongo esta maravillosa receta, original de Sweet Apolita, modelo de inspiración en todos los sentidos; pero adaptada a mi propio estilo. 



Rainbow Birthday Cake

230gr de mantequilla sin sal, a tempratura ambiente.
460 gr de azúcar.
5 claras de huevo, a tempratura ambiente.
2 cucharaditas de extracto de vainilla.
375gr de harina.
4 cucharaditas de levadura.
1/2 cucharadita de sal
355gr de leche tibia (no caliente).
Colorantes en gel morado, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. 

Precalentad el horno a 180ºC y preparad los moldes (o el molde) con mantequilla y harina( o con spray desmoldante).
En un bol, unid la harina, la sal y la levadura y reservar. 
Batid la mantequilla con el azúcar hasta que forme una pasta suave y sedosa, y no se pueda ver el azúcar. Añadid entonces el extracto de vainilla, que intensificará su sabor al mezclarse directamente con la mantequilla. Id añadiendo entonces las claras, una por una, sin añadir la siguiente hasta que la anterior esté completamente integrada: la textura cambia con cada una de ellas y si se echan todas de golpe no quedará igual de sedoso el bizcocho. 
Comenzad entonces a añadir la harina y la leche, empezando y terminando con la primera y sin cambiar de una a otra hasta que la anterior esté completamente integrada. 
Dividid entonces la masa en seis partes iguales y añadid los diferentes colores a cada una de ellas. Es importante que los colorantes sean en gel, porque los colorantes líquidos no dan el mismo brillo ni tiñen tanto; con los de gel no os hace falta mucha cantidad para teñir mucho y bien, pensando siempre que el color de la masa sin hornear será muy parecido al de la masa horneada. 


Volcad la masa en los moldes y hornear a 180ºC durante 15 minutos. Al sacar del horno, dejadlos reposar en los moldes durante 10 minutos, para que tomen temperatura ambiente poco a poco, y al desmoldar, metedlos en la nevera para que reposen y se asienten un poco. 

Crema de limón (para rellenarlo y cubrirlo).

350ml de nata vegetal (se puede comprar en tiendas especializas de repostería, en tiendas de suministros para restaurantes...)
1 limón.
Azúcar al gusto.

Rallad el limón y reservad la ralladura. A parte de esta, exprimidlo y reservad el jugo. 
Montar la nata vegetal hasta que veáis que está en su punto. Si es la primera vez que la trabajáis os indico, es muy sencillo. En un robot de cocina o con vuestra batidora manual de siempre, empezad a montarla a velocidad baja; veréis que en seguida empieza a coger volumen y que, de hecho, coge muchísimo volumen. Una vez que empiece a parecer montada, subid la velocidad y terminar de montarla a velocidad alta. Añadid entonces la ralladura de limón.
Aquí es donde entra vuestro toque personal: la nata vegetal es super ligera y con un sabor ligéramente dulce así que, según la queráis más amarga o más dulce, añadidle más o menos zumo de limón y más o menos azúcar. 
Personalmente, yo le puse cuatro cucharadas soperas generosas de zumo y dos cucharadas soperas de azúcar: la cumpleañera adora el limón y los únicos dulces que come son los de limón así que quería que sintiera que estaba hecha especialmente para ella. No obstante, el sabor era ideal, dulce, ligero y un poco ácido, pero se contrarrestaba con el dulzor del bizcocho, convirtiéndola en una tarta ideal.

Montaje.

Una vez que tengáis la crema preparada es sencillo, montaremos siguiendo el patrón de colores del arco iris y tratando que dejar poner la misma cantidad de crema entre las capas para que todo quede simétrico. 
Comenzad untando un poco de crema (sólo una raspada por toda la superficie) en la que será la base del bizcocho morado y colocad sobre el molde en el que vayáis a servir (cake stand, plato, fuente...). Con una cuchara o sacabolas de helado, echad la primera capa de crema sobre el bizcocho morado, procurando que tenga poco menos que el grosor del mismo. Es muy importante que quede nivelado y bien distribuida porque, si no, se nos puede caer la tarta después de seis capas...Colocad entonces el bizcocho azul y repetid el proceso, continuando con verde, amarillo, naranja y rojo. 
Es importante que midáis la cantidad que echáis de crema entre capas, para poder echar siempre la misma y  que queden todas iguales. 
Cuando todas las capas estén montadas, comenzad a cubrirlo. En la receta original, SweerApolita lo cubre con fondant que luego dibujan sus hijas con rotuladores de repostería. Como yo no soy fan del fondant, le cambié el estilo; Yo lo cubrí con la crema, de forma generosa y procurando que en ningún lado se viera el interior. Al estar cubierto con una crema blanca, nadie se espera el interior. Para terminar le puse sprinkles de colores: mezclé en un bol fideillos de colores, estrellitas, corazones y perlas de azúcar y, a pellizcos, lo fui repartiendo por los laterales del bizcocho, dándole un toque de color y alegría al mismo. 


Cuando llegué a casa de la cumpleañera, lo único que esta vió fue un gran pastel blaco con sprinkles, que le hicieron ilusión, pero sin prestarle mayor importancia; pero al cortarlo y ver todo el mundo los colores del interior, pude oir por la sala un -OoohHHhhh!!... 
El sonido de admiración y curiosidad se hizo palpable...ese momento no tuvo precio. 

Creo que no me queda nada más por contaros. Espero que con la receta alguno o alguna se anime a hacerla y, por supuesto, si la hacéis, contádmelo por favor!!

Os escribiré pronto.

Besitos dulces

Nani





martes, 9 de octubre de 2012

Curso de fondant con Mariló

¡¡Hola de nuevo!! 

Hoy os escribo para hablaros del maravilloso curso que pude hacer en Málaga durante el mes de Septiembre. Tenía que estar un mes en Marbella para los exámenes y, como hacía ya tiempo que me picaba el gusanillo de hacer un curso en La casita dulce de las flores, los estuve mirando y...tachan!! Curso a canto!!

Mis padres, que siempre me han animado para que hiciera alguno, aunque yo no me atrevía, se ilusionaron casi más que yo cuando les comenté la idea, la fecha y el precio, y me lo regalaron ellos. 

Así que, super contenta e ilusionada, aunque sin saber muy bien qué esperar, me llevé tres semanas hasta la fecha del curso dando botes pensando en lo que iba a hacer y qué iba a aprender. En ningún momento se me pasó por la cabeza pensar en la gente maravillosa a la que también conocería ese día.


Esta es la tarta que hice ^^ bueno, en realidad sólo hice la decoración. Os explico: El curso en cuestión era un curso intensivo de decoración con fondant de tartas, cupcakes y galletas ¡¡completísimo!! El curso lo imparten en la parte de arriba de la tienda La casita dulce de las flores, en Málaga, recomendado 100% a todos y todas los que pasen por Málaga: la tienda está completísima y los cursos son geniales. 

La profesora se llama Mariló, es la autora del blog http://pandulcesyotraspalabras.blogspot.fr/ y es una persona encantadora y el ambiente que crea en clase super agradable y distendido.  Cuando llegamos, nos tenían preparada una mesa de trabajo preciosa y super completa con todos los útiles necesario. Mariló nos explicó todo: los utensilios que había en la mesa, las cuatro pastas de azúcar que se suelen utilizar en la decoración de tartas y pasteles, los tipos de relleno, cómo rellenar los cakes...fue genial :)


Empezamos trabajando con el fondant para acostumbrarnos a su textura y a su tacto, para aprender a trabajar con él, con los cortadores y los demás utensilios de fondant. Y después pasamos a la decoración pura y dura. 

Mariló había preparado una mini tarta para cada una de las alumnas, y alguna más por si acaso, qué previsora ^^ Así que nos dió una ya preparada para que la probáramos ¡qué delicia! Cada una de las alumnas preparó la tarta como más le gustó, con millones de cortadores, colorantes, texturizadores... La primera foto del post es la que yo hice ^^: no lo había pensado mucho y no lo tenía nada claro, pero Mariló empezó a sacar esos minicortadores con motivos marinos y me volví loca :)

A medio día comimos todas juntas en un restaurante muy cerquita y pequeñito en el que nos atendieron genial y la comida muy muy rica: a recargar pilas y de vuelta al trabajo.


Por la tarde hicimos la decoración de los cupcakes y la de las galletas: Mariló nos enseño a hacer un precioso osito de pasta de modelar, cada una del color que quiso, a penas tiene complicación, pero es muy muy ingenioso! 
Y por último la galleta de muñequita: después de ver como Mariló hacía la suya, cada una hizo la suya como se le antojó, cambiando vestidos, el peinado, etc., pero todas preciosas.


Y eso fué todo: un día maravilloso, rodeada de personas encantadoras. 

Pronto os pondré una nueva receta: parece complicada, pero sólo requiere paciencia.

Gracias por estar ahí.

Besitos dulces 


Nani

viernes, 28 de septiembre de 2012

Cake de zanahorias con sabor a otoño

MmmMMmMMm...¡¡todavía huele la cocina a bizcocho y especias!!

Os pongo en situación: el miércoles salimos de Marbella, con el coche, con un calor espantoso de final de verano (que por allí abajo vienen siendo unos ricos 30ºC, si no más ^^); paramos una noche en Barcelona, donde no hacía tanto calor, pero también había una temperatura estupenda, para llegar el jueves a Ginebra donde la temperatura se notaba considerablemente más baja...

Obviamente, después de un viaje tan largo y de tantas horas de coche, nos dimos una ducha, comimos algo y dormimos 14 horas seguidas: como nuevos.

Pero la catástrofe llega el viernes, cuando al levantarnos notamos que ha hecho un frio curiosete durante la noche, y de golpe y porrazo ¡¡llegó el otoño!! sin avisar y con un cambio brusco y brutal. Como os podéis imaginar, siendo de Marbella, lo mío es el sol abrasador, pasar calor y sudar considerablemente, porque puedo luchar contra eso: me quito algo de ropa, una ducha, un poco de piscina/playa...pero esto...


Y llegamos a ayer...después de una semana pasando frío, de haber sacado la ropa de invierno (tampoco creáis que estaba muy guardada) y de cambiar el agua fresquita de nevera por mi mejor amigo en invierno el kettle y sus amigos los tés, decidí ponerme manos a la obra. 

Desde que llegamos el frío y yo, sólo tenía ganas de comer algo con sabor a otoño: esas delicias de otoño que se hacen esperar de un año a otro y que saben a gloria cuando las has estado esperando todo el año. Para mí el otoño se resume en naranja: batatas, calabaza, zanahorias, halloween, hojas que caen, parques llenos de castañas...Para Javi el otoño se resume en el pastel de zanahorias de su abuela, y esa es la receta de hoy. 


Esta receta en cuestión es de la abuela alemana de Javi, que se la enseñó a su madre y ella ha sido quien me la ha enseñado. Es un bizcocho fantástico, sabroso y esponjoso con un aroma muy especial. Como siempre los ingredientes son primordiales: hay que usar buenos ingredientes para obtener buenos resultados.

Ingredientes:

150gr de mantequilla
150gr de azúcar
4 huevos grandes, separando en dos boles yemas y claras
4 zanahorias grandes
250gr de harina
1 sobre de levadura
2 cucharaditas de canela
La ralladura de un limón

¡Es muy importante para que salga bien que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente! 
Precalentar el horno a 200ºC y rallar las zanahorias finas, si no tenemos rallador se pueden picar; pero si estáis perezosos y no os apetece rallarlas, podéis comprar las que vienen ya ralladas, pero os recomiendo que las enjuaguéis bien para que se hidraten, porque suelen quedar sequillas.
Batimos la mantequilla con el azúcar a velocidad baja hasta que adquiera una textura suave y sedosa y se haya disuelto el azúcar. Iremos añadiendo entonces, de forma progresiva, las zanahorias, las yemas, la ralladura de limón, la harina, la canela y la levadura. No añadir el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado. 


Batir entonces las claras a punto de nieve y, cuando esté listo, añadir con una cuchara de madera o una espátula de silicona a la primera mezcla, con cuidado para que no se bajen y la masa adquiera volumen.

Untar el molde con mantequilla y enharinar o bien con spray desmoldante: verter la masa del bizcocho y hornear unos 45 minutos aproximadamente entre 180 y 200ºC. Os recomiendo encarecidamente que con este bizcocho os fiéis más del método del cuchillo, pinchamos y cuando salga limpio está listo...porque este bizcocho es muy sensible y cambiará el tiempo según un horno u otro.


Observaciones:

  • Como ya he dicho, este bizcocho es super sensible al calor: debe abrirse por arriba, es el primer indicativo de que empieza a estar listo. Si no está bien hecho se hundirá.
  • La receta original es la que os he puesto, pero yo siempre le hecho una cucharadita de cardamomo, porque me gusta mucho el sabor de las especias.
  • Para terminar le puse chocolate, también especiado: Es sencillo, se coge chocolate (150gr aproximadamente), se funde al baño maría para que no pierda su brillo, junto con una cucharada de mantequilla. Se le añade una cucharadita de canela y otra de cardamomo y cuando está bien fundido se vuelca sobre el cake: el resultado es delicioso.
  • Cómo a Javi le encanta el mazapán, también le hice unas zanahorias hechas con mazapán teñido. Es genial para niños y no tan niños.


Y nada más por ahora...espero que lo disfrutéis. 

Besitos dulces

Nani











Magdalenas para Sofía

Es un hecho que no todo el mundo ama las cosas dulces, y es un reto que nos encontramos día a día las amantes de la pastelería (amén de otros muchos de los que ya hablaremos ^^). Mi reto apareció hace ya unas semanas... Hasta que podamos vivir de la física y la música de Javi o de mis pasteles (^^) hago canguros de forma más o menos estable: me encantan los niños y no es un trabajo pesado para mí. Cual fue mi sorpresa cuando me enteré de que a mi pequeña Sofía, la nena a la que cuido, también le gusta hacer pasteles.


Hicimos unos preciosos cupcakes juntas, un poco porque ella quiso y otro poco porque su madre se entusiasmó, pero como ya he dicho...a no todos les gustan las cosas tan dulces: cupcakes de vainilla con buttercream también de vainilla fue demasiado...
En fin, que no gustaron mucho...
Esta vez su mama me dijo que no era el estilo de pastel que les gusta y Sofía especialmente ama el limón. Así que esta vez decidí hacer unos cupcakes sencillos, sin crema, especialmente para Sofía: Y digo cupcakes porque la masa de un cupcake y la de una magdalena son bastante diferentes, a primera vista los primeros se hacen con mantequilla y los segundos con aceite.


Esta segunda vez estaba una amiguita en casa y no hizo los cupcakes conmigo, pero cuando los vió en el horno se puso como loca!! Estaba super emocionada porque le estaba haciendo cupcakes de limón ^^ y sólo con eso os podéis imaginar, ya era yo feliz para el resto del día. Cuando salieron del horno y los vió no cabía en su emoción: ¡las capsulas eran de colores y los cupcakes eran perfectos!

¡¡Y todo olía a limón!! Les dije que esperaran porque estaban super calientes, recién salidos del horno, pero empezaron a picotear uno que se había roto al desmoldarlo y ya no pude decirles que no por más tiempo: ¡se comieron uno cada una todavía calientes!

¡¡Esas caras de felicidad no tuvo precio!! Así que vamos con esta receta tan clásica como maravillosa.



Ingredientes para 12 cupcakes:

Tiempo total: 50 minutos.

2 limones sin tratar
125gr de azúcar blanquilla
125gr de mantequilla ablandada
2 huevos
125gr de harina con levadura incorporada


Pon el horno a calentar a 180ºC.

Lava los limones, ralla la piel y exprime su zumo. En un bol mezcla la mantequilla ablandada con el azúcar y la ralladura de limón con la batidora, hasta obtener una mezcla esponjosa y se haya disuelto el azúcar en la mantequilla. Incorpora entonces los huevos uno, incorporando una cucharada sopera de harina con cada huevo. Una vez incorporada toda la  harina, añade también dos cucharadas soperas del zumo de limón que habías exprimido previamente y trabaja la masa para que estén todos los ingredientes completamente integrados.

En un molde de magdalenas mete las cápsulas, rellénalas con la masa y mételas al horno. Deben hacerse durante 18 minutos aproximadamente, o hasta que al pinchar con un palito (o cuchillo) éste salga limpio. ¡Y ya están listas!

Hay que dejarlas enfriar sobre la rejilla unos 15 o 30 minutos, dependiendo de la temperatura ambiente.


Son perfectas para los amantes del limón. 


Observaciones:

Se pueden decorar con un glaseado de limón, con 185gr de azúcar glas y dos cucharadas soperas de zumo de limón del que sobró al hacer la masa. Sólo hay que mezclar bien los ingredientes hasta hacer una pasta homogénea y verterla sobre los cupcakes cuando estén fríos. ¡¡Si le ponéis por encima un poco de ralladura de limón quedarán ideales ^^!!

Espero que os gusten tanto como a Sofía.

Besitos dulces

Nani

domingo, 26 de agosto de 2012

¿Algo rápido? ¡Panna cotta con mermelada!

Un gran dilema que se nos plantea muchas, muchísimas veces cuando tenemos una cena con los amigos es:
-¿Y si llevo algo? 
Siempre seguida de la consiguiente pregunta:
-¿Y qué podría hacer?



En esta disyuntiva me encontraba el otro día: a las 7 de la tarde salgo del trabajo (muerta) y llamo a mi chico que me plantea bajar a cenar al centro con unos amigos (vivimos en las afueras). La verdad es que estaba muerta y teníamos un excelente guiso en casa así que, por la boca muere el pez, se me ocurrió invitarlos a ellos a cenar a casa.
Estaba muy tranquila porque, como ya he dicho, la cena estaba hecha, sólo había que calentarla, pero no había nada para postre ¡y eso en mi casa no es admisible! 


Había comprado unas preciosas tarrinas de colores de esas que se llevan ahora tanto así que, manos a la obra, me puse a buscar alguna receta que pudiera hacer de última hora, que fuera rápida y que tuviera los ingredientes sin tener que ir al supermercado (la combinación fatal que todas las cocineras esperamos tener y que casi nunca tenemos): ¡Pero ahí estaba! En un libro nuevo que había encontrado en un mercadillo de Nyon había una receta de Panna Cotta. Nunca lo había hecho antes, no sabía como saldría, pero la receta se veía sencilla, rápida de hacer y el tiempo de reposo era justo el que tenía: ¡¡todo era perfecto!!


La Panna Cotta tiene una textura curiosa, parecida al flan que tanto nos gusta en España, pero con crema en lugar de huevos. Es un sabor diferente al que no estamos acostumbrados, pero realmente bueno, sin ser demasiado dulce. 

En fin, que no os cuento más historias, tenéis que hacerlo en casa, os aseguro que os gustará tanto a mayores y a peques, que repetiréis.


Ingredientes. 

Tiempo total: 2 horas y media, media de preparación y 2h de reposo.

25cl de crème fraîche líquida
25gr de azúcar
1/2 vaina de vainilla
1 lámina de gelatina (unos 2'5 gr)
100 gr de mermelada (la que más os guste)
30 gr de almendras picadas o laminadas.


En una cacerola, verted la crème fraîche  y el azúcar. Partid la vaina de vainilla por la mitad, a lo largo y con ayuda de un cuchillo sacad los granos. Incorporad la media vaina y los granos que le habéis sacado a la crema, mezclar bien y llevadlo a ebullición. En cuanto empiece a hervir, apagad el fuego y dejar reposar durante 10 minutos. 

Pasados los 10 minutos, cambiad la crema a otra cacerola nueva y llevadla de nuevo a ebullición. Mientras sube de temperatura, templad la gelatina en un bol con agua muy fria, observando el tiempo que debe estar ahí (os lo indicará en el paquete, porque difiere según la marca). Una vez que la crema rompe a hervir, apagad el fuego y añadir la gelatina ablandada. Mezclar bien hasta que la gelatina esté justo integrada: si habéis tenido que usar más de una lámina, no añadáis una hasta que la anterior haya desaparecido, si no pueden formar una bola que no se deshará nunca. Cuando la gelatina esté bien integrada, repartid la crema en los vasos, llenándolos dos tercios. Metedlo en la nevera y dejad reposar durante dos horas.

En el momento de servirlos (o cuando hayan pasado las dos horas si lo estás preparando con antelación), cubrid el panna cotta con una cucharadita de la mermelada que hayáis escogido y unas almendras por encima, y ya está listo para servir.


Observaciones:

  • Dependiendo del tamaño de las tarrinas, saldrá más o menos cantidad: mis vasos parecen chatos de vino y salieron sólo cuatro, aunque en la receta original pone que saldrían unos 10 minivasos: creo que los hiceron con chupitos. 
  • El sabor de este plato variará mucho con el sabor de la mermelada, así que piensa también en lo que más te guste a tí y a tus invitados, y no olvides que a parte de las típicas mermeladas de siempre, ahora puedes encontrar algunas con mezcla de frutas o con sabores poco conocidos como el "lemon courd" inglés, los arándanos rojos nórdicos o la mermelada de pétalos de rosa.
  • La crème fraîche es una crema muy común en Italia y Francia pero que está muy introducida en España, sólo tenéis que buscarla en el supermercado en la zona de los yogures, y si tienes alguna dificultad para encontrarla en el súper habitual, puedes probar en supermercados extranjeros como Lidl, que es alemán, o Carrefour, que es francés.

Esto es todo por hoy, espero que la hagáis pronto y me digáis qué os ha parecido.

Besitos dulces


Nani

martes, 14 de agosto de 2012

Coulants apoteósicos

Para la primera entrada he decidido empezar con algo conocido: en mi cocina, tanto mis amigos como mi familia saben que esta es una de mis especialidades. 
Es un hecho conocido que a casi todo el mundo le gusta el chocolate, llegando al punto de la adoración. Ese es mi caso: me encanta el chocolate, pero he de decir que soy una amante condicional, prefiero el chocolate negro, cuanto más negro mejor, si no hay de este, el chocolate con leche me vale, pero jamás, jamás compro chocolate blanco...solo en ciertas ocasiones, cuando se trata de una amiga muy querida.
En fin, que como íbamos diciendo, esta fantástica receta francesa es rápida, sencilla y segura al 90%, en resumen, un triunfo asegurado.




Los probé por primera vez, como postre de boda, a parte de la tradicional tarta nupcial, y no solo me sorprendieron por su extraordinario sabor, sino por cómo tal postre, pequeñito y con pinta de vasto podía ser considerado apropiado para una boda, tan glamourosa y elegante, celebrada en uno de los mejores restaurantes de Marbella.
Solo una cucharada hizo falta para cambiar radicalmente de opinión: esa delicia combinaba lo mejor del chocolate con lo mejor del bizcocho y lo hacía arrebatador. 
No volví a ver el postre después, por mucho tiempo. No recordaba su nombre y no sabía donde buscarlo, como con un ligue de una noche, había desaparecido de mi vida...
Con el tiempo, mi maravillosa madre que siempre que ve un libro de cocina se acuerda de mí, me sorprendió un día con unos libros de cocina, entre ellos, uno de recetas francesas ¡¡y allí estaba!!


En fin...manos a la obra y a base de repetir una y otra vez, este se convirtió en uno de mis dulces preferidos: textura suave y delicada, el calor de su interior derretido y, sobre todo, tan fácil que más de una noche de vuelta de un día agotador y tan cansada que no me hacía ni cena...se me antojaban coulants...y dicho y hecho, sólo hace falta tener los ingredientes en casa.

Ingredientes:

Tiempo de preparación: 15 minutos, 10 para la crema y cinco de horneado.

4 huevos
125 gr de azúcar blanquilla
120 gr de chocolate para postres
100 gr de mantequilla
50 gr de harina

Ponemos el horno a calentar a 215ºC.
Comenzamos montando los huevos con el azúcar en el bol en el que vayamos a trabajar, hasta que adquieran el mayor volumen posible, mientras que, por otro lado, derretimos la mantequilla con el chocolate al baño maría. Cuando esta mezcla esté bien unida y tibia la añadiremos a los huevos y el azúcar.
A continuación añadiremos la harina y mezclaremos todo bien hasta que no queden grumos blancos. 
Distribuiremos la masa en los moldes y hornearemos durante unos cuatro o cinco minutos. 

Normalmente se harán con moldes sin base, de unos cuatro centímetros de diámetro y los bordes untados con mantequilla y un papel sulfurizado debajo para que no se peque a la placa del horno; pero si no tenemos estos moldes, podemos utilizar un molde de magdalenas, sin acritud, sólo tendremos que tener cuidado de no quemarnos las manos al sacarlos, pues hay que hacerlo con delicadeza. 


Observaciones:

  • Si no tenemos paciencia para esperar, o no somos fans del baño maría, perfectamente se pueden derretir juntos mantequilla y chocolate en el microhondas: Con mucho cuidado, en un molde apto para éste uso y con un platito encima cubriéndolo, calentaremos por intervalos cortos (10 segundos aproximadamente), calentando y parando, hasta que estén ambos derretidos. Mezclaremos entonces bien con un tenedor.
  • Al ser una masa tan maleable y suave, no es necesario usar una batidora eléctrica, si no queremos andar con muchos instrumentos: yo lo hago todo con una buena espátula.
  • Debemos tener mucho cuidado con el tiempo de horneado, es fundamental: la diferencia entre un coulant y una magdalena está en su dulce y sedoso corazón derretido, que se hace enseguida si nos despistamos con el tiempo. 
  • Lo más importante, lo que dará el sabor al coulant es el chocolate: os recomiendo no comprar cualquier chocolate si os planteáis hacerlos, estarán mucho más buenos cuanto mayor calidad tenga el chocolate. 
  • Cuando se trata del postre para una cena con amigos, a mi me gusta dejar la masa preparada y hornearlos justo antes de servirlos, cuando han terminado de comer, y se harán mientras se recogen los platos, no tardan nada.

Espero que os gusten tanto como a mí, a mis amigos y a mi familia. Tienen un sabor único y especial. 

Besitos dulces

Nani